domingo, 13 de noviembre de 2016

Comentario de Santa María del Naranco

Hola chicos/as!

Os dejo un comentario de la obra Santa María del Naranco, joya del prerrománico asturiano. Dicho comentario, extraído de la página personal del profesor de Arte Enrique Valdearcos, es de obligado estudio como bien sabéis.

SANTA MARÍA DEL NARANCO

Arte prerrománico asturiano.
Años: 842-850.
Monte Naranco al noroeste de Oviedo (Asturias). España.

Análisis:
En planta vemos un edificio cuyo espacio interior aparece dividido en dos pisos, ambos abovedados. El superior estructurado en tres partes: la central, con muros perforados y, por los extremos, a través de arquerías triples, se accede a los dos miradores, abiertos por las tres fachadas al paisaje mediante triples arquerías peraltadas sobre columnas de orden corintio. El piso inferior también repite esta distribución en tres estancias con muros más gruesos. A todo esto se suman dos pórticos laterales a los que se accede a través de doble escalinata pegada al muro. El de un lado ha desaparecido.

En la imagen del interior vemos que el edificio se cubre mediante sistema abovedado constituido por bóveda de cañón reforzada por arcos fajones de sillería que articulan la construcción, cuyas anchuras disminuyen gradualmente hacia los extremos, revelando un conocimiento de las leyes de la corrección óptica. Apoya la bóveda en grueso muro, teniendo al interior una arquería que rodea el edificio con arcos de medio punto peraltados y ciegos, que descansan sobre haces de cuatro columnas con fustes estriados y capiteles prismáticos con sogueado. Al exterior, esbeltos contrafuertes recorren toda la altura, contribuyendo a la sustentación de toda la estructura abovedada. Son estructuralmente necesarios para estribar la bóveda de cañón principal pues este tipo de bóveda, cuando tiene gran dimensión, tiende a empujar lateralmente sus soportes y hundirse en el centro.

En el piso inferior se monta una bóveda de medio cañón sobre el muro ya que el peso lateral es menor por la altura. Esta bóveda sirve de suelo al piso superior y como el muro recibe toda la carga, está muy poco perforado. Todo el material es mampostería en muro y bóvedas y sillar en elementos de soporte.

Todo el edificio está articulado mediante el sistema de bóveda con arcos fajones sobre arquería ciega que descansa en pilares-columnas al interior y gruesos estribos al exterior. Este sistema concentra puntos de peso vertical y tangencial y permite abrir vanos en el muro, el cual aumenta su ligereza por el peralte de las arquerías. El conjunto de huecos de los tres pisos confiere al muro unas posibilidades claroscuristas únicas en edificios de este tiempo. Todo el edificio es estructura desnuda y verticalidad.

La decoración es sencilla y supeditada a esta desnudez estructural. Fustes sogueados con capiteles divididos en espacios triangulares por moldura sogueada. Bajo la línea de imposta al interior y en la parte superior del muro al exterior destacan unas bandas decorativas terminadas

en medallones con decoración de sogueado y pequeños motivos figurativos (tallos vegetales, aves, cuadrúpedos, jinetes y figuras humanas ejecutados toscamente). Este motivo recuerda a las bandas de tela de donde colgaban escudos en la cultura celta de la zona. Toda esta decoración rescata temas de la cultura prerromana de la región. Uno de los motivos que más se repite es la triple ventana  montada sobre cuatro columnas, con el arco central más alto y peraltado y que es característica de lo asturiano.



Comentario:

A mediados del siglo IX, durante el corto reinado de Ramiro I (842-850), se construyen en una colina próxima a Oviedo, a los pies del Naranco, una serie de monumentos que se convierten en exponente de la plenitud del denominado arte asturiano. Según las crónicas, había allí diversas construcciones “palatia et balnea” Así, la Crónica de Alfonso III, redactada en el siglo siguiente, enumera las dependencias del conjunto palatino de Ramiro: «Entretanto, el dicho rey fundó una iglesia en la falda del Monte Naranco, distante de Oviedo dos millas, de admirable belleza y hermosura perfecta... Además, edificó no lejos de la dicha iglesia, palacio y baños bellos y hermosos». Las dos construcciones conservadas son: la llamada Santa María del Naranco, que era el Palacete, Salón Real o Aula Regia, transformado después en Iglesia (consagrada en 848 hasta 1930 en que fue restaurada y desacralizada); el otro edificio fue erigido para ser capilla del anterior Salón Real, dedicada a San Miguel (sólo se conserva poco menos de la mitad del templo) hoy denominado San Miguel de Lillo.

Su funcionalidad espacial está sujeta a interpretaciones. Para unos, en el piso inferior, la parte central sería para la guardia y servidumbre y los extremos estarían ocupados por el baño a un lado y una capilla privada en el otro. El piso superior o Salón Real, estaría reservado para el Rey y su corte a modo de Aula Regia o Salón del Trono al modo carolingio. En general, el atrevimiento del abovedamiento general y de su desproporcionada verticalidad respondería al intento de potenciar la monarquía de Ramiro de cara al exterior, de “recordar” al gigante carolingio que aquí hay un reino cristiano rodeado del enemigo musulmán.

Hasta la llegada del Románico este es el único edificio que presenta una estructura abovedada tan estudiada y armónica. El sistema de concentración de pesos en puntos y de contrarresto de empujes antecede a la arquitectura románica en siglo y medio y hace del periodo ramirense, junto con San Miguel de Lillo y Santa Pola de Lena, un paréntesis de esplendor en el tosco mundo de los reinos cristianos hispánicos.

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